Samuel Niño, uno de los preseleccionados de la generación U17 masculina que se prepara para el Campeonato Sudamericano de Asunción, nos habló acerca de sus características como jugador, sus inicios y la convivencia con el grupo tras una semana más de trabajo en el Centro Nacional de Alto Rendimiento para el Baloncesto.
“Soy del estado Lara, del Sisal, de Barquisimeto. Empecé a jugar baloncesto a los cuatro años en la escuela del Sisal. Estoy muy agradecido con los coaches de Barquisimeto, especialmente con Honorio Mendoza, quien me vio desde temprana edad y me dio todos los fundamentos”, contó Niño.
El larense, que suele jugar como alero o ala-pívot, ha tenido un año de mucha actividad en el circuito formativo del país: representó a su estado en el Campeonato Nacional U17, jugó la Liga de Desarrollo U21, fue convocado con la selección de Venezuela que se enfrentó a Borregos Santa Fe en una serie de tres amistosos y finalmente hizo la preselección de su generación. La energía lo caracteriza e impulsa su camino: “Llegar aquí ha sido un camino largo, difícil. Estoy orgulloso de estar compitiendo por un puesto. Mi juego siempre ha sido ofensivo, muy físico. Mi fortaleza en los juegos es la energía. Todavía hay mucho por trabajar”.
Estar bien rodeado es la clave del grupo. Hay unión y todos están en la misma línea. Así cierra Niño: “El staff es increíble. Todos nos apoyan y buscan que mejoremos. Tratan de complementar al equipo cada día más. Desde el primer módulo estamos enfocados en el objetivo, siempre muy unidos”. La preselección nacional disputó dos encuentros esta semana, correspondientes al Torneo Spartans U20. Los entrenamientos continuarán el próximo lunes 17/11.







