Eduglatriz Castro, la tercera concentrada más joven en este momento -por detrás de Enggy Rudas y Valeria Montero-, es una de las jugadoras con mayor progreso en los últimos dos años. Lució en el Sudamericano U18 2022 mostrando dominio en la zona pintada, pero hoy, en el nivel profesional y en el “universo selección”, su panorama ha cambiado. La versatilidad se ha vuelto una necesidad, y el trabajo en su físico una de sus mayores virtudes.
Gimnasio, técnica, versatilidad
Castro fue una nota muy alta (11.2 pts/pj, 8.4 reb/pj, 1.8 ast/pj) en un Sudamericano U18 de bajo rendimiento colectivo para la selección nacional. No obstante, sus porcentajes (39.7% TC, 0% T3, 41.7% TL) y su estatura (1,80m) indicaban que era necesario evolucionar para llegar al siguiente nivel. Ella lo entendió de inmediato y empezó a salir de la pintura. Al mismo tiempo incrementó su trabajo físico y sus habilidades en cancha.
En módulos previos experimentó y en la Superliga Femenina 2024 (13.6 pts/pj, 10.7 reb/pj, 1.2 ast/pj, 21.9% T3, 64.6% TL) recogió los primeros frutos. Ahora en la concentración, el grupo lo notó.
“Fue un cambio grande porque me lo han dicho. He tratado de avanzar tanto en mi físico como en la cancha. Creo que me han ayudado muchas personas… los equipos en los que estuve desde 2022 hasta ahora. Tengo que darle las gracias a la preparadora Mara Torres, que siempre ha estado ayudándome con el tema del gimnasio, diciéndome qué hacer. También busqué más preparadores para mejorar mi desempeño en la cancha”, explicó.
Eduglatriz señaló que no ha sido fácil el proceso de salir de su zona de confort en la pintura para establecerse como alero, que es la posición que le pide el cuerpo técnico de la selección nacional. Para ello comenzó por el desarrollo de su lanzamiento. En estos momentos asegura sentirse cómoda y segura al ser perimetral. Y por contexto, en determinadas situaciones también podría jugar en el puesto 2. La versatilidad va acompañada de un progreso físico y técnico.
Su sueño: clavar la pelota
Justamente lo físico es una virtud para Eduglatriz Castro. No sorprende que con regularidad llegue al aro en ciertos saltos sin pelota que hace durante los entrenamientos. Hay un trabajo y un sueño detrás de tan inusual “característica” en el baloncesto femenino.
Así lo confesó: “Desde que empecé a jugar he tenido la fortaleza del salto. Empecé como pívot y siempre estaba enfocada en los rebotes. Entrenadores como Gustavo (Bravos del 23) me decían que tenía que saltar. Con el tiempo lo fui mejorando y me propuse un sueño: clavar la pelota. Todavía lo tengo, se lo comenté a Mara y ella me dijo que trabaje más en las piernas. Me ha ayudado bastante. Antes llegaba al tablero y ahora agarro el aro. Sigo enfocada en ese objetivo”.
Por último, Eduglatriz se mostró muy agradecida con sus compañeras y con el cuerpo técnico por la forma en la que se han relacionado con ella. Definió al grupo como una familia y añadió que le ha tomado mucho cariño a todas. Vive de la mejor forma posible la experiencia selección.
